Comportamiento del acoso escolar en adolescentes de 14 a 17 años del Preuniversitario Saúl Delgado de La Habana
RESUMEN
Introducción:

El acoso escolar o bullying, es actualmente reconocido como un problema creciente de la sociedad moderna, afectando los resultados académicos, las habilidades sociales y el comportamiento psicológico del individuo. El objetivo fue describir el comportamiento del acoso escolar en adolescentes entre 14 a 17 años del preuniversitario Saúl Delgado de La Habana e identificar el papel de los padres y profesores ante el mismo.

Métodos:

Se realizó un estudio descriptivo de corte transversal, se realizaron correlaciones con pruebas de Chi cuadrado y una significación estadística p < 0,05. Se realizó además un análisis multivariado de correspondencias múltiples para determinar los factores relacionados con el maltrato escolar.

Resultados:

La incidencia de acoso escolar fue de 18,4 %, siendo el sexo masculino 3,75 veces más frecuente que el femenino. Existió un predominio de la violencia psicológica ocurriendo en el aula de clases. Las situaciones de maltrato fueron controladas solamente en el 10,5 % de los casos por los profesores. El 73,7 % de los adolescentes víctimas de bullying sufrían también de situaciones de violencia familiar. Conclusiones: El acoso escolar tuvo una incidencia similar a la de los países desarrollados, la violencia familiar y la deficiente comunicación con sus padres y profesores fueron factores de riesgo relevantes.

ABSTRACT
Introduction:

Bullying is considered to be a growing problem of modern society, adversely affecting school results, social skills and students’ psychological behavior. The objective was to describe bullying behavior in adolescents between 14 to 17 years of age and the influence of parents and teachers.

Method:

A descriptive transverse study was performed in 103 adolescents, parents and teachers at Saúl Delgado pre-university school in Havana about bullying. Chi quadrate test was performed with statistical significance p < 0,05. A multivariate analysis of multiple correspondences was applied to determine factors in relation to bullying.

Results:

The incidence of bullying was 18,4%, 3,75 times higher in males than females. Psychological violence in the classroom was more frequent. Bullying situations were controlled by teachers in only 10,5% of the cases and 73,7% of the victims have been through situations of family violence too. Conclusions: The incidence of bullying was similar to that of developed countries. Family violence and inadequate adolescent communication with their parents and teachers were associated with bullying.

Palabras clave:
    • acoso escolar;
    • agresor;
    • víctima.
Keywords:
    • bullying;
    • aggressors;
    • victim.

Introducción

El acoso escolar, ha adquirido una creciente atención y alarma social en los últimos años, debido a la mayor difusión que tienen los acontecimientos por la influencia de los medios de comunicación (prensa, radio, televisión, internet), de modo que hechos puntuales, inadmisibles, se han convertido en temas de gran actualidad.1),(2),(3) Ocurre en niños y adolescentes durante la etapa escolar y se trata, probablemente, de un fenómeno que ha estado siempre presente en nuestra sociedad.4),(5),(6 La palabra bullying deriva del vocablo inglés bully que simboliza valentón, matón; mientras como verbo significa maltratar, amedrentar, acosar.3),(6),(7

El inicio de las investigaciones sobre el acoso escolar está documentado en Suecia a finales de los años 60 como consecuencia del suicidio de tres adolescentes.11 En 1973, Olweus realiza una exploración al Norte de Europa acerca de dinámicas violentas entre iguales. Se lleva a cabo, en 1983 el primer estudio longitudinal;12),(13),(14 como resultado de sus trabajos, el Ministerio de Educación de Noruega implanta una campaña de reflexión y prevención.11 Olweus, tiene el mérito de haber abordado de manera frontal el bullying, transformando este fenómeno de invisible a visible, de normal a preocupante.12

Numerosos trabajos han abordado la violencia escolar en diversos países desarrollados y su importancia social ha ido en aumento.13 En los Estados Unidos de Norteamérica desde finales de los años 90 una elevada frecuencia de incidentes de violencia escolar, ha dirigido la atención hacia este problema.7),(15 Según investigaciones de la UNESCO, La violencia entre alumnos constituye un problema grave en toda América Latina, Argentina es el país en el que más extendida está la violencia física entre los niños, y prosiguen, Ecuador, la República Dominicana, Costa Rica y Nicaragua.14),(16),(17)

En Cuba, se han realizado pocas investigaciones que han abordado este fenómeno. La UNESCO manifiesta que Cuba, es el país con menor porcentaje de niños que son agredidos física o verbalmente.14 El objetivo de la siguiente investigación fue describir el comportamiento del acoso escolar en estudiantes de 14 a 17 años en el Preuniversitario Saúl Delgado del municipio Plaza de la Revolución, así como identificar el papel de los padres y profesores ante el mismo.

Metódos

Se realizó un estudio descriptivo de corte transversal en adolescentes de 14 años a 17 años, que cursan el décimo, onceno y duodécimo grados en el preuniversitario Saúl Delgado del municipio Plaza de la Revolución, sus padres y profesores, en noviembre de 2018. De esta forma se obtuvo información científica desde varios puntos de vista de un mismo problema (Figura 1).

Interrelación entre adolescentes, padres y profesores sobre el acoso escolar.

El universo estuvo formado por todos los estudiantes del instituto: 1200 que cursan el décimo, onceno y duodécimo grados en el preuniversitario Saúl Delgado del municipio de Plaza de la Revolución, La Habana. El tamaño de la muestra representativa se calculó, considerando una muestra finita para variables cualitativas, con un intervalo de confianza de 95 % resultando 103 estudiantes del total de 1200.

Previa autorización del Municipio de Educación y de la dirección de la escuela, se procedió a la consulta y obtención del consentimiento escrito de los padres de los adolescentes objeto de estudio, de los propios adolescentes y de los profesores en reunión de padres. Posteriormente se aplicaron 3 encuestas, tituladas: Cuestionario sobre preconcepciones de intimidación y maltrato entre iguales, hoja de preguntas para el alumnado, profesores y padres, Adaptado de Ortega, Mora-Merchán y Mora.

Las encuestas aplicadas fueron validadas y utilizadas en España en varias investigaciones que abordan este fenómeno con resultados satisfactorios.18),(19

Las encuestas fueron de carácter anónimo donde se recogieron las características del acoso escolar, desde el punto de vista del propio adolescente y la valoración también de sus padres y profesores, mediante la utilización de preguntas cerradas que permitieron una o varias respuestas.

Todas las variables incluidas en el estudio se expresaron en frecuencias absolutas y relativas (porcentaje). Se realizó un análisis entre la variable víctima de acoso escolar y las siguientes variables: sexo, grado de escolaridad, relación con el profesor, opinión de los padres sobre si su hijo es víctima de acoso escolar, situaciones en el hogar, relaciones en el hogar y necesidad de solucionar el acoso escolar; mediante el uso de tablas de contingencia de tipo N x N, utilizando el paquete estadístico IBM SPSS Statistics versión 23, con pruebas de Chi cuadrado y una significación estadística p > 0,05.

Se realizó además un análisis multivariado de correspondencias múltiples de variables resultantes de la encuesta aplicada a los padres de los estudiantes y a los profesores, así como a las variables de estudiantes que definieron víctimas, distribuidas en 2 dimensiones, con vistas a identificar subgrupos homogéneos de variables que se asociaran.

Resultados

La distribución de los estudiantes según roles de participación en el acoso escolar se comportó como sigue: 18,4 % de víctimas (19), un 10,7 % de agresores (11) y un 70,9 % de espectadores. Un solo estudiante correspondió a agresor victimizado.

En la tabla 1 se muestra que de los 19 estudiantes que fueron víctima de acoso escolar, el 78,9 % pertenecieron al sexo masculino, siendo 3,75 veces más frecuente en el sexo masculino que en el femenino.

Distribución de estudiantes según víctima de acoso escolar y sexo

Fuente: Base de datos; p = 0,003 (p < 0.05).

En la tabla 2 se muestra la opinión de los estudiantes sobre el acoso escolar, apreciándose que los sobrenombres (“nombretes”) y burlas fueron señalados por el 61,1 % de los estudiantes, seguidos del rechazo y aislamiento (32,0 %). El 53,4 % de los estudiantes no identificaron con claridad el lugar donde ocurría el acoso escolar, el 26,2 % señaló el aula de clase como lugar del maltrato y el 19,4 % reconocieron que ocurría en la calle aledaña al centro escolar. Se muestra que del total de estudiantes que han sido víctimas de acoso escolar (n = 19), el 78,9 % son maltratados por alumnos del mismo curso siendo de la misma aula el 52,6 %. El 57,9 % de los estudiantes opinaron que nadie detiene la situación de maltrato, que es detenida en un 31,6 % por los mismos compañeros y solamente en el 10,5 % por los profesores. En cuanto a comunicar la situación de acoso escolar, el 42,1 % lo comunica a sus compañeros, en un 21,0 % a sus familiares y solamente el 5,3 % a sus profesores.

Opinión de los estudiantes sobre el maltrato escolar en el centro preuniversitario

Fuente: Encuestas aplicadas.

En la figura 2 se muestra el resultado de un análisis de correspondencias múltiples de variables resultantes de la encuesta aplicada a los padres y estudiantes, distribuidas en 2 dimensiones, con vistas a identificar subgrupos homogéneos de variables que se asocien. Se evidencia que las variables que definen claramente la víctima de maltrato escolar (E10, E11, E13 y E18) no se asocian con las variables de los padres, lo cual demuestra una separación entre estas variables.

Análisis de correspondencias múltiples según las variables de los padres y las variables estudiantes que definen víctima. Leyenda: Pd1 Existencia de violencia en la escuela, Pd2 Confianza en profesores, Pd3 Profesor controla, Pd4 Satisfacción con profesor, Pd5 Ayuda al profesor, Pd6 Confianza en hijo, Pd7 Hijos sin violencia, Pd8 Comunicación con el hijo, Pd9 Clima de familia como causa de violencia, Pd10 Clima de la escuela como violencia, Pd11 Sociedad como causa de violencia, Pd12 TV como factor de violencia, Pd13 Daño físico en la familia, Pd14 Comunicación con la escuela, Pd15 Disposición de participar en proyecto de intervención, Pd16 Importancia del problema violencia, E10 Frecuencia de maltrato, E11 Tiempo de maltrato, E13 Causa del maltrato, E18 Comunicación del maltrato.

En la tabla 3 se muestra que de los 19 estudiantes que sufrieron maltrato escolar, el 94,7 % de sus padres no contemplaban la posibilidad de que su hijo fuera víctima de maltrato escolar. El 26,3 % de los mismos, tenían relaciones regulares en el hogar con sus familiares, contrastando con el resto de los estudiantes que no sufrieron acoso escolar, donde solo un 8,3 % señalaron que las relaciones en el hogar eran regulares, lo cual fue estadísticamente significativo.

Distribución de estudiantes según víctima de acoso escolar y creencia del padre sobre la posibilidad de que su hijo sea víctima de acoso escolar y las relaciones en el hogar

Fuente: Encuestas aplicadas.

Discusión

Al analizar la distribución de los estudiantes según roles de participación en el acoso escolar (tabla 1), se aprecia un 18,4 % de víctimas, un 10,7 % de agresores y un 70,9 % de espectadores. Un solo estudiante correspondió a la categoría de agresor victimizado. En un estudio realizado en 11 países de Europa con niños y adolescentes de 8 años a 18 años, se apreció que la proporción de estudiantes que padecían acoso escolar era del 20,6 %, y en España esta cifra alcanzaba el 23,7 %.20),(21),(22) En un estudio realizado en el año 2017 en 7 provincias urbanas de China donde se estudiaron 3675 estudiantes, se evidenció un 18,75 % de víctimas de acoso escolar, un 8,9 % de agresor y un 72,2 % de espectadores.23 En otro estudio realizado en Perú por Amemiya y colaboradores,24) el 47,4 % de los alumnos encuestados manifestó violencia escolar. Los porcentajes de ser víctimas de acoso escolar difieren entre los distintos países participantes, con proporciones entre el 3 % y el 33 % en los estudiantes de 11 a 15 años.19),(25),(26 Estos resultados pueden estar influidos por el desarrollo económico del país y del sistema educacional del mismo.

En Cuba, se han realizado pocas investigaciones que han abordado este fenómeno, en un estudio anterior realizado por el Hospital Borrás Marfán en el año 2016 sobre acoso escolar en estudiantes de 10 a 12 años del municipio Plaza, se evidenció una frecuencia de 15,5 % de maltrato escolar.27 La UNESCO manifiesta que Cuba es el país latinoamericano con menor porcentaje de niños que son agredidos física o verbalmente.14 La siguiente investigación evidencia que el porcentaje de adolescentes que sufren acoso escolar es similar al de países europeos y desarrollados.

En la tabla 1 se muestra que de los 19 estudiantes que fueron víctima de acoso escolar, el 78,9 % pertenecieron al sexo masculino, siendo 3,75 veces más frecuente en el sexo masculino que en el femenino, lo cual coincide con investigaciones realizadas en España, al señalar que los chicos, participan más en las situaciones de acoso escolar que las chicas, tanto en el papel de agresores como en el de víctimas.20),(28 En el estudio de Mendoza,29) el 56,2 % de las víctimas de acoso escolar eran varones. Por su parte, Albores-Gallo y colaboradores,30 reportan también un predominio del sexo masculino en el grupo identificado como víctimas de acoso escolar. En la investigación de Gómez31 realizada en México en escolares de primaria, el 75 % de las víctimas fueron varones. En el trabajo cubano de Monteagudo,27) se evidencia que el 81,8 % de las víctimas fueron del sexo masculino. Todos estos resultados demuestran que el acoso escolar es más evidente en el sexo masculino, donde el patrón estigmatizador de la sociedad puede tener gran influencia, el masculino se identifica frecuentemente como el fuerte, dominante, agresivo; quien más frecuente forma grupos y pandillas encargados en el contexto escolar de originar el maltrato hacia otros estudiantes.

En la tabla 2 se muestra que los sobrenombres (nombretes) y burlas fueron señalados por el 61,1 % de los estudiantes, seguidos del rechazo y aislamiento el 32,0 % y el 10,7 % recibió daño físico. Varias investigaciones demuestran que el maltrato psicológico es más frecuente que el físico, siendo los fenómenos de ridiculización los más preponderantes. En la investigación realizada por Fernanda y colaboradores,32 la principal forma de acoso fue la ridiculización con un 44,5 %, en el reporte de Joffre et al,33) las formas más frecuentes de maltrato fueron los insultos y los apodos en el 40,9 %; las burlas y humillaciones en el 16,5 %. El daño físico directo a través de empujones, golpes, patadas y otras acciones se encontró en un 15,9 %.

Méndez y Cerezo34) hallaron también un predominio de los insultos y amenazas como principal forma de maltrato en el 53,2 %, seguido por el rechazo en 35,8 % de los casos, mientras que la agresión física estuvo presente en un porcentaje menor: 7,9 %.

En un trabajo, publicado en el 2012 por la UNESCO, se examinaron los resultados de 2 969 escuelas, 3 903 aulas y 91 223 estudiantes, de 16 países latinoamericanos: Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, la República Dominicana y Uruguay. El 51,1 % del total de los estudiantes dicen haber sido víctimas de insultos, amenazas, golpes o robos por parte de sus compañeros de escuela durante el mes anterior al que se recogieron los datos. La agresión más frecuente fue el robo en el 39,4 % de los casos, seguida de la violencia verbal 26,6 % y la violencia física afectó a 16,5 %.14

En términos de insultos o amenazas, Argentina es el país que muestra las cifras más altas. Detrás figuran Perú, Costa Rica y Uruguay, donde más del 30 % de los alumnos afirman haber sido maltratados verbalmente por algún compañero.7),(9),(13),(14),(16

Respecto a la violencia física entre alumnos, cinco países muestran altos niveles: Argentina 23,5 %, Ecuador 21,9 %, República Dominicana 21,8 %, Costa Rica 21,2 % y Nicaragua 21,2 %. Cuba aparece como el país con el menor porcentaje de niños que señalan haber sido golpeados recientemente por compañeros con solo 4,4 %,14) porcentaje menor que el encontrado en la actual investigación. En la investigación cubana de Monteagudo,27) se evidenció que los nombretes y burlas fueron las formas más frecuentes de maltrato escolar: 80,3 %.

El 53,4 % de los estudiantes no identificaron con claridad el lugar donde ocurría el acoso escolar, el 26,2 % señaló el aula de clase como lugar del maltrato y el 19,4 % reconocieron que ocurría en la calle aledaña al centro escolar (Tabla 2). Estos resultados coinciden con la investigación cubana de Monteagudo,27) así como otras investigaciones internacionales,35),(36) donde se evidencia que el sitio más frecuente de acoso escolar fue el aula de clase, seguido del patio de la escuela en ausencia del profesor.

Fernanda y colaboradores,32 reportaron también que los lugares más utilizados para agredir a los estudiantes son el salón de clase s y el patio del colegio. Méndez y Cerezo,34 concluyeron que el aula (46,4 %), el patio (34,2 %) y los pasillos (12,8 %), son los principales sitios donde acontece el acoso escolar. Varios estudios señalan que, en el aula, en ausencia del profesor es donde más frecuentemente ocurre el maltrato escolar, es importante destacar que el horario lectivo debe transcurrir con pocos momentos de ausencia del profesor en el aula, las clases bien preparadas, motivadoras, donde el profesor deja de ser el centro de la atención y se establecen las llamadas clases o conferencias dialogadas, donde el estudiante adquiere un papel más protagónico y le dan muy poca cabida a momentos de distracción y mucho menos a fenómenos de maltratos hacia otros estudiantes, despertando en el estudiante las ansias del conocimiento. La deficiente preparación, la pérdida de autoridad y la falta de control del profesor son factores importantes a tener en cuenta.

Del total de estudiantes que han sido víctimas de acoso escolar (n = 19), el 78,9 % son maltratados por alumnos del mismo curso siendo de la misma aula el 52,6 %, lo cual confirma que el aula es un escenario esencial para el desarrollo del acoso escolar, lugar donde el profesor debe ejercer su labor cotidiana (Tabla 2). El 57,9 % de los estudiantes víctimas opinaron que nadie detiene la situación de maltrato, tomando un curso natural y que es detenida en un 31,6 % por los mismos compañeros y solamente en el 10,5 % por los profesores, por lo tanto, el profesor escasamente controla las situaciones de maltrato que ocurren en sus propias aulas del centro preuniversitario.

En cuanto a comunicar la situación de acoso escolar (Tabla 2), el 42,1 % de las víctimas de maltrato escolar lo comunican a sus compañeros, en un 21,0 % a sus familiares y solamente el 5,3 % a sus profesores, lo cual demuestra que la comunicación de estos estudiantes con profesores y padres es realmente escasa. Fernanda y colaboradores,32 señalan que la mayoría de las víctimas no le cuentan a nadie (24,6 %), y otros se lo relatan a un amigo o familiar, son pocos los estudiantes que manifiestan decirle al profesor o a un directivo de la institución. Oliveros y colaboradores,37) encontraron que la tercera parte de los padres no prestaban atención a las quejas de sus hijos.

Resulta interesante señalar que, en el estudio de Cabezas,38 una cantidad muy alta de estudiantes que arremeten contra sus iguales, no recibe ningún castigo, situación de alerta que llama la atención hacia aquellas personas encargadas de disciplinar cuyo rol no se está cumpliendo. Los maestros y padres de familia, a menudo, optan por no hacer nada pensando que el acoso entre pares se extinguirá naturalmente. Sin embargo, la evidencia apunta a que no ocurre así. Estudios longitudinales muestran que el acoso permanece por muchos años y que los roles se mantienen: un niño que es víctima a los siete años mostrará el mismo estatus ocho años después.39),(40),(41),(42),(43)

En la figura 2 se muestra un análisis de correspondencias múltiples de variables resultantes de la encuesta aplicada a los padres y estudiantes, distribuidas en 2 dimensiones. Se evidencia que las variables que definen claramente la víctima de maltrato escolar (E10, E11, E13 y E18) no se relacionan con las variables de los padres. En la tabla 3 se muestra que de los 19 estudiantes que sufrieron maltrato escolar, el 94,7 % de sus padres no contemplaban la posibilidad de que su hijo fuera víctima de maltrato escolar. Esto contrasta con la opinión de los padres que platean tener plena confianza y comunicación con sus hijos. De los 19 estudiantes que sufrieron acoso escolar, el 26,3 % tenían relaciones regulares en el hogar con sus familiares, contrastando con el resto de los estudiantes que no sufrieron acoso escolar, donde solo un 8,3 % señalaron que las relaciones en el hogar eran regulares, lo cual fue estadísticamente significativo. Es decir, las relaciones regulares con sus familiares fue un factor de riesgo estadísticamente significativo para ser víctima de maltrato en la escuela.

Según Fujikawa y colaboradores,44 las relaciones violentas entre el niño y sus familiares en el hogar son la fuente original del maltrato escolar tradicional. La violencia familiar, incluyendo la violencia física y la violencia para establecer disciplina y orden, origina un patrón de imitación por el niño y adolescente en el contexto escolar. Los adolescentes expuestos a violencia familiar tienden a experimentar distrés psicológico y pueden sentirse impotentes y menos confiados. Ellos son psíquicamente más vulnerables al maltrato escolar.44),(45),(46),(47),(48

Conclusiones

La incidencia de acoso escolar en adolescentes del centro preuniversitario Saúl Delgado de la Habana fue inferior a los mostrados por la UNESCO en los países latinoamericanos, y similar a países desarrollados. La forma más frecuente de acoso escolar fue el maltrato psicológico motivado por provocaciones, bromas o molestias, ocurriendo mayormente en el aula o en la calle aledaña a la escuela. Las relaciones deficientes entre los estudiantes con sus padres y profesores, así como las situaciones de violencia familiar se asociaron con mayor incidencia de acoso escolar.

Notas al pie:
  • La financiación de la investigación fue realizada por el Ministerio de Salud Pública de Cuba (MINSAP).

Referencias bibliográficas
  • 1. Wang J, Iannotti RJ, Nansel TR. School bullying among adolescents in the United States: Physical, verbal, relational, and cyber. Journal of Adolescent Health. 2009;45:368-75. doi: 10.1016/j.jadohealth.2009.03.021
  • 2. Zhang S, Zhang Y, Yuan B. Mediating effect of self-esteem and empathy on the relationship between loneliness and cyber-bulling in middle and high school students in Liaoning Province. Wei Sheng Yan Jiu. 2019;48(3):446-457. Chinese. PMID: 31133132.
  • 3. Kljakovic M, Hunt C. A meta-analysis of predictors of bullying and victimisation in adolescence. J Adolesc. 2016;49:134-45. doi: 10.1016/j.adolescence.2016.03.002. Epub 2016 Apr 8. PMID: 27060847.
  • 4. Dueñas Buey ML, Senya Valera M. Habilidades sociales y acoso escolar: un estudio en centros de enseñanza secundaria de Madrid. REOP. 2009;2(1):39-99.
  • 5. Díaz-Aguado Jalon MJ. La violencia entre iguales en la adolescencia y su prevención desde la escuela. Psicothema. 2015;17:549-58.
  • 6. Menesini E, Salmivalli C. Bullying in schools: the state of knowledge and effective interventions. Psychol Health Med. 2017;22(supl 1):240-53. doi: 10.1080/13548506.2017.1279740. Epub 2017 Jan 24. PMID: 28114811.
  • 7. Loredo Abdala A, Perea Martínez A, López Navarrete GE. Bullying: acoso escolar. La violencia entre iguales. Problemática real en adolescentes. Acta Pediatr Mex. 2008;29:210-4.
  • 8. Oñederra JA. Bullying: Concepto, causas, consecuencias, teorías y estados epidemiológicos. XXVII Cursos de Verano AHU-UPV. Donostia-San Sebastián; 2008.
  • 9. Trautmann A. Maltrato entre pares o bullying. Una visión actual. Rev Chil Pediatr. 2008;79:13-20.
  • 10. Rettew DC, Pawlowski S. Bullying. Child Adolesc Psychiatr Clin N Am. 2016;25(2):235-42. doi: 10.1016/j.chc.2015.12.002. Epub 2016 Jan 7. PMID: 26980126.
  • 11. Avilés Martínez J, Jesús Urrutia M, García López JL, Caballo VE. El maltrato entre iguales: Bullying. Psicología Conductual. 2011;19(1):57-90.
  • 12. Shephard B, Ordoñez M, Rodríguez J. Estudio de la violencia escolar entre pares- bullying. En las escuelas urbanas de la Ciudad de Cuenca. Bullying. 2014;73.
  • 13. Benítez JL, Justicia F. El maltrato entre iguales: descripción y análisis del fenómeno. Rev Electron Investig Psicoeduc Psicopedag. 2016;4:151-70.
  • 14. Román M, Murillo FJ. América Latina: violencia entre estudiantes y desempeño escolar. Rev CEPAL [Internet]. 2012 [citado 15 Mar 2015];104.
  • 15. Flouri E, Papachristou E. Peer problems, bullying involvement, and affective decision-making in adolescence. Br J Dev Psychol. 2019;37(4):466-485. doi: 10.1111/bjdp.12287. Epub 2019 Apr 11. PMID: 30973653.
  • 16. Hidalgo-Rasmussen CA, Ramírez-López G, Rajmil L, Skalicky A, Martín AH. Bullying and health-related quality of life in children and adolescent Mexican students. Cien Saude Colet. 2018;23(7):2433-41. doi: 10.1590/1413-81232018237.16392016. PMID: 30020395.
  • 17. Reisen A, Viana MC, Dos Santos Neto ET. Adverse childhood experiences and bullying in late adolescence in a metropolitan region of Brazil. Child Abuse Negl. 2019;92:146-156. doi: 10.1016/j.chiabu.2019.04.003. Epub 2019 Apr 10. PMID: 30978590.
  • 18. del Rey Ortega R. Bullying en los países pobres: prevalencia y coexistencia con otras formas de violencia. Int J Psychol Psycholog Ther. 2008;8:39-50.
  • 19. Ortega Ruíz R, Angulo García JC. Violencia escolar. Su presencia en Institutos de Educación Secundaria de Andalucía. Sevilla: Universidad de Sevilla; 1998.
  • 20. Nansel T, Craig W, Overpeck M, Saluja G, Ruan J, and the Health Behavior in school-aged children bullying analysis working group. Cross-national consistency in the relationship between bullying behaviors and psychosocial adjustment. Arch Pediatr Adolesc Med. 2004;158:730-6.
  • 21. Zaborskis A, Cirtautiene L, Zemaitiene N. Bullying in Lithuanian schools in 1994-2002. Medicina (Kaunas). 2005;41(7):614-20. English, Lithuanian. PMID: 16062030.
  • 22. Fung ALC. Adolescent Reactive and Proactive Aggression, and Bullying in Hong Kong: Prevalence, Psychosocial Correlates, and Prevention. J Adolesc Health. 2019;64(6S):S65-S72. doi: 10.1016/j.jadohealth.2018.09.018. PMID: 31122552.
  • 23. Han Z, Zhang G, Zhang H. School Bullying in Urban China: Prevalence and Correlation with School Climate. Int J Environ Res Public Health. 2017;14(10):1116.
  • 24. Amemiya I, Oliveros M, Barrientos A. Factores de riesgo de violencia escolar (bullying) severa en colegios privados de tres zonas de la sierra del Perú. An Fac Med. 2009;70:255-8.
  • 25. Sánchez-Queija I, García-Moya I, Moreno C. Trend Analysis of Bullying Victimization Prevalence in Spanish Adolescent Youth at School. J Sch Health. 2017;87(6):457-464. doi: 10.1111/josh.12513. PMID: 28463447.
  • 26. Fong AT, Katelaris CH, Wainstein BK. Bullying in Australian children and adolescents with food allergies. Pediatr Allergy Immunol. 2018;29(7):740-6. doi: 10.1111/pai.12955. Epub 2018 Aug 16. PMID: 29974514.
  • 27. Monteagudo Y. Caracterización del acoso escolar en estudiantes de diez doce años en escuela primaria, municipio Plaza de la Revolución [Tesis de terminación de residencia]. 2016;3:44-55.
  • 28. Skrzypiec G, Askell-Williams H, Slee PT, Lawson MJ. Involvement in Bullying During High School: A Survival Analysis Approach. Violence Vict. 2018;33(3):563-82. doi: 10.1891/0886-6708.v33.i3.563. PMID: 30567865.
  • 29. Mendoza B. Bullying entre Pares y el Escalamiento de Agresión en la Relación Profesor-Alumno. Psicología Iberoamericana. 2011;19:58-71.
  • 30. Albores Gallo L, Sauceda García JM, Ruiz Velasco S, Roque Santiago E. El acoso escolar (bullying) y su asociación con trastornos psiquiátricos en una muestra de escolares en México. Salud Pública Méx. 2011;53:220-7.
  • 31. Gómez Nashiki A. Bullying: El poder de la violencia. Una perspectiva cualitativa sobre acosadores y víctimas en escuelas primarias de Colima. Rev Mex Invest Educ [Internet]. 2013 [citado 15 Ago 2013];18:839-70. Disponible en: Disponible en: http://www.redalyc.org/pdf/140/14027703008.pdf
  • 32. Fernanda A, Teresa L, Aguillón E. Bullying, redes de apoyo social y funcionamiento familiar en adolescentes de una institución educativa de Santander, Colombia. Psychol Av Discip. 2012;6:83-99.
  • 33. Joffre-Velázquez VM, García-Maldonado G, Saldívar-González AH, Martínez-Perales G, Lin-Ochoa D, Quintanar-Martínez S, et al. Bullying en alumnos de secundaria. Características generales y factores asociados al riesgo. Bol Med Hosp Infant Mex. 2011;68:193-202.
  • 34. Méndez I, Cerezo F. Bullying y factores de riesgo para la salud en estudiantes de secundaria. Eur J Educ Psychol. 2010;3:209-18.
  • 35. Cui L, Zhang X, Houltberg BJ, Criss MM, Morris AS. RSA reactivity in response to viewing bullying film and adolescent social adjustment. Dev Psychobiol. 2019;61(4):592-604. doi: 10.1002/dev.21835. Epub 2019 Feb 10. PMID: 30740651.
  • 36. Stephens MM, Cook-Fasano HT, Sibbaluca K. Childhood Bullying: Implications for Physicians. Am Fam Physician. 2018;97(3):187-192. PMID: 29431974.
  • 37. Oliveros M, Figueroa L, Mayorga G, Cano B, Quispe Y, Barrientos A. Violencia escolar (bullying) en Colegios Estatales de Primaria en el Perú. Rev Per Pediatr. 2008;61:215-20.
  • 38. Cabezas H. Detección de conductas agresivas “bullyings” en escolares de sexto a octavo año, en una muestra costarricense. Revista Educación. 2007;31:123-33.
  • 39. Félix V, Soriano M, Godoy C. Un Estudio Descriptivo sobre el Acoso y Violencia Escolar en la Educación Obligatoria. Escritos de Psicología. 2009;2:43-51.
  • 40. JL Susan, BM Doris, TH Jenny, B Randal. An Exploration of Managers’ Discourses of Workplace Bullying. Nurs Forum. 2015;50(4):265-73.
  • 41. Afifi TO, Taillieu T, Zamorski MA, Turner S, Cheung K, Sareen J. Association of child abuse exposure with suicidal ideation, suicide plans, and suicide attempts in military personnel and the general population in Canada. JAMA Psychiatry. 2016;73(3):229-38.
  • 42. Committee on the Biological and Psychosocial Effects of Peer Victimization: Lessons for Bullying Prevention; Board on Children, Youth, and Families; Committee on Law and Justice; Division of Behavioral and Social Sciences and Education; Health and Medicine Division; National Academies of Sciences, Engineering, and Medicine. Preventing Bullying Through Science, Policy, and Practice. Rivara F, Le Menestrel S, editors. Washington (DC): National Academies Press (US); 2016 Sep 14. PMID: 27748087.
  • 43. DuPont-Reyes MJ, Villatoro AP, Phelan JC, Painter K, Barkin K, Link BG. School Mental Health Curriculum Effects on Peer Violence Victimization and Perpetration: A Cluster-Randomized Trial. J Sch Health. 2021;91(1):59-69. doi: 10.1111/josh.12978. Epub 2020 Nov 5. PMID: 33152805; PMCID: PMC7736140.
  • 44. Fujikawa S, Ando S, Shimodera S. The Association of Current Violence from Adult Family Members with Adolescent Bullying Involvement and Suicidal Feelings. PLoS One. 2016;11(10):e0163707.
  • 45. Centers for Disease Control and Prevention, National Center for Injury Prevention and Control. 10 Leading Causes of Death by Age Group. Atlanta, GA: CDC; 2014[Accessed 17 March 2016].
  • 46. Finkelhor D, Turner HA, Shattuck A, Hamby SL. Prevalence of childhood exposure to violence, crime, and abuse: Results from the National Survey of Children’s Exposure to Violence. JAMA Pediatr. 2015;169(8):746-54.
  • 47. Geoffroy MC, Boivin M, Arseneault L, Turecki G, Vitaro F, Brendgen M, Cote SM. Associations between peer victimization and suicidal ideation and suicide attempt during adolescence: Results from a prospective population-based birth cohort. J Am Acad Child Adolesc Psychiatry. 2016;55(2):99-105.
  • 48. Soimah Hamid AYS, Daulima NHC. Family's support for adolescent victims of bullying. Enferm Clin. 2019;29(Suppl 2):747-51. English, Spanish. doi: 10.1016/j.enfcli.2019.04.113. Epub 2019 Jul 13. PMID: 31311738.
Historial:
  • » Recibido: 20/11/2020
  • » Aceptado: 23/03/2021
  • » Publicado : 01/08/2021


Copyright (c) 2021 Dashelys Oliva Ricardo et al.

Licencia de Creative Commons
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 4.0 Internacional.